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Dia 15. Himeji (Castillo, Monte Shosha)

Día bastante intenso el que hemos tenido hoy, pero de los más gratificantes. Teníamos planificado ir a Hijemi y Kobe, pero al final la ciudad de Kobe la vamos a posponer para otro día.

A primera hora nos hemos ido a la estación de Shin-Osaka para ir a Himeji, a unos 30-40 min en tren. Aquí tienen un castillo muy parecido al que vimos ayer en Osaka, aunque ha sido construido anteriormente. Lamentablemente lleva desde el 2010 tapado para su restauración, y hasta 2015 no se podrá ver de nuevo el exterior. Por esta zona aprovechamos para ver los jardínes de alrededor del castillo (un total de 9 diferentes). Aunque estos fueron construidos en el 1992 con motivo del centenario del establecimiento de la municipalidad de Himeji.

Después de reponer un poco de fuerzas al mediodía, nos vamos en autobús al monte Shosha, con una duración de 25 de trayecto. Una vez allí hay que coger un teleférico que te sube a la base del monte. Aproximadamente sube 200 metros en 4 minutos.
Mientras subíamos por el teleférico, se podía ver Himeji completamente, el mar y el propio monte Shosha.

Este monte tiene un montón de templos construidos hace más de 1000 años, y está rodeado completamente por la fauna y flora. Por el camino nos hemos encontrado pajaros (con un canto bastante extraño, imposible de describir), mariposas, ranas y arañas (enormes T_T).

Algunas escenas de la película «El Último Samurai» han sido rodadas aquí, y no es de extrañar. Los paisajes naturales que te ofrece el monte son preciosos, y los templos, la mayoría bien conservados y/o restaurados (excepto algunos que se quemaron y tuvieron que crear la réplica), muy bonitos, recordando mucho a la película. Pero otra vez, lamentablemente (o no), en una de las partes más importantes y bellas del monte había un concierto de música clásica, que aunque desde las alturas podíamos ver más o menos el concierto y escucharlo, no hemos podido ver y entrar en los mejores templos. Una lástima.

Por el camino hemos sacado nuestra sangre aventurera (bueno, más bien la mía, Patri la ha tenido que rebuscar bien porque no se atrevía) y pasar por un camino que, según ella, recuerda al libro El Hobbit, o la Comunidad del Anillo El Bosque Viejo, y es que era bastante estrecho, empinado, con raíces de árboles saliendo del suelo sirviendo de escalones improvisados… parecía que fuera a salir Tom Bombadil. Al final a Patri le ha gustado bastante y la llegada del camino «infernal» fue gratificante.

Ya ibamos a contrareloj porque apenas teníamos 2 horas de luz para verlo todo. Y casi casi entrábamos en pánico porque los ruidos de alrededor crecían y la noche se echaba encima. Al final el concierto acabó justo cuando nosotros terminamos y nos vimos casi a la carrera (andando muy rápido) para llegar antes que nadie al teleférico. Lo gracioso es que los hombres y las mujeres (con tacones) igualmente lo hacían, y el terreno es todo lo contrario a una acera :O. Incluso Patri se picó con una!

Al final, tanta cuesta y bajada nos ha cansado, y la cena que planeabamos en Kobe la hemos pospuesto.

Mañana toca Hiroshima y Miyajima, durmiendo en un ryokan, un «hotel» tradicional japonés con futones (camas) sobre el suelo, vestidos con yukatas, etc… Pasado mañana os contaremos que tal ha ido todo, ya que allí no dispondremos de internet para publicar la entrada del blog. Nos vemos en 2 días!


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